La teoría del color es una de esas áreas fascinantes que combina ciencia, psicología y arte para explicar algo que vivimos todos los días: los colores. ¿Por qué el rojo nos hace pensar en pasión o peligro? ¿Por qué el azul nos resulta tan relajante?
Este campo se dedica a entender cómo percibimos los colores y cómo interactúan entre ellos para provocar emociones, influir en nuestras decisiones o simplemente embellecer el mundo que nos rodea.
Aunque podría parecer un tema moderno, sus raíces se hunden en la historia. Uno de los sistemas más conocidos, el famoso círculo cromático, lo desarrolló nada menos que Isaac Newton allá por el siglo XVII.
¿Qué hizo Newton? Básicamente, descompuso la luz blanca en un arcoíris de colores y los organizó en un círculo que mostraba cómo se mezclaban. Así nacieron los colores primarios (rojo, amarillo y azul) y secundarios (verde, naranja y violeta), que se obtienen al mezclar los primeros. ¡Un genio, verdad?
Pero hay más. Dentro de la teoría del color, el contraste juega un papel crucial. Y no estamos hablando solo de «este color destaca más que el otro». El contraste puede basarse en el tono, la saturación o la luminosidad. Según cómo se usen, los colores pueden transmitir calma, tensión o incluso esa energía que te hace querer salir a conquistar el mundo.
Así que, la próxima vez que veas un diseño o una obra de arte que te llame la atención, piensa en esto: los colores no están ahí por casualidad. Detrás de ellos hay toda una ciencia y, con un poco de práctica, tú también puedes usarlos para comunicar exactamente lo que quieras.
Además, la teoría del color también se aplica en áreas como el diseño gráfico, la moda, la publicidad y el arte. Los diseñadores y artistas utilizan combinaciones de colores para transmitir mensajes específicos, evocar emociones o captar la atención del espectador.
¿Qué es la teoría del color?
La teoría del color trata sobre cómo percibimos los colores con nuestros ojos y cómo estos se representan en pantallas y en impresión. Es un concepto que, aunque suena técnico, está detrás de prácticamente todo lo que vemos en medios visuales.
En el mundo de la producción gráfica, la teoría del color no es solo una curiosidad, es una pieza clave. Afecta cada paso del proceso: desde capturar una imagen con una cámara, pasando por el escaneo de documentos, la presentación en pantalla (donde los colores son luz), hasta las pruebas y, finalmente, la impresión (donde los colores son tinta).
¿La diferencia entre cómo se ve algo en tu monitor y cómo aparece en papel? Tiene todo que ver con cómo gestionamos los colores en cada etapa. Es decir, cómo convertimos la mezcla de luz en RGB (rojo, verde y azul) en los pigmentos de tinta CMYK (cian, magenta, amarillo y negro).
Historia de la teoría del color
La historia de la teoría del color es como un cuento fascinante que mezcla ciencia, arte y hasta un poco de poesía. Imagínate que estamos tomando un café y te cuento cómo empezó todo.
Hace miles de años, las civilizaciones antiguas, como los egipcios y los griegos, ya estaban pensando en los colores. Claro, ellos no tenían laboratorios ni espectrómetros, pero sí una gran curiosidad. Los egipcios, por ejemplo, asociaban colores con lo divino, mientras que los griegos intentaban entenderlos más filosóficamente. No tenían claro de dónde salían los colores, pero sabían que eran importantes.
Luego, avanzamos al siglo XVII, y aquí entra el genio de Isaac Newton, ese mismo del que seguro has oído hablar por la manzana y la gravedad. Pues resulta que un día, este señor decide experimentar con un prisma de cristal. ¿Y qué hace? Toma un rayo de luz blanca y lo pasa a través del prisma. ¿El resultado? ¡Un arcoíris de colores! Newton se dio cuenta de algo que nadie había probado hasta entonces: la luz blanca no es «blanca» en sí, sino una mezcla de muchos colores. Fascinante, ¿verdad?
Pero Newton no se quedó ahí. Como buen científico, organizó su descubrimiento en algo práctico: creó el círculo cromático. Básicamente, es como una rueda donde puso los colores primarios (rojo, verde y azul) y los secundarios (amarillo, cian y magenta), mostrando cómo se combinan. Este círculo cambió el juego para entender los colores y su mezcla aditiva, que es lo que ocurre con la luz.
¿Y luego? Pues en el siglo XVIII aparece otro crack, Johann Wolfgang von Goethe. Este tipo, además de poeta y escritor, tenía opiniones fuertes sobre el color. No estaba del todo de acuerdo con Newton. Goethe decía: «El color no es solo física, también es cómo lo sentimos«. Él se enfocó en la experiencia subjetiva y en cómo los colores se ven según la luz y los pigmentos. Si has pintado algo alguna vez, estás usando su teoría sustractiva, que explica cómo los pigmentos absorben luz y producen colores.
En los siglos XIX y XX, la cosa se pone aún más interesante. Por ejemplo, Eugène Chevreul, un químico francés, se dio cuenta de que los colores no actúan solos. Si pones un color junto a otro, pueden influirse mutuamente. Es como un juego de percepciones: un azul puede parecer más brillante si está al lado de un naranja.
Después viene Hermann von Helmholtz, que estudió cómo nuestros ojos captan los colores. Él descubrió que vemos gracias a tres tipos de receptores en nuestros ojos: uno para el rojo, otro para el verde y otro para el azul. Sí, esos mismos colores que Newton había puesto como base.
Finalmente, en el siglo XX, Albert Munsell creó un sistema para describir los colores de manera precisa, como si fueran coordenadas. Y aquí ya entramos en la psicología del color, que estudia cómo los colores afectan nuestras emociones. Porque, seamos sinceros, no es casualidad que el rojo nos haga sentir alerta o que el azul nos relaje.
Así que, como ves, la teoría del color no es solo un tema de artistas o científicos; es algo que llevamos con nosotros todos los días, desde cómo decoramos nuestra casa hasta cómo elegimos la ropa.
Conceptos básicos de la teoría del color
La teoría del color tiene algunos conceptos básicos que, aunque suenen técnicos, son súper útiles para entender cómo los colores «se llevan» entre sí. Vamos a desglosarlo de forma sencilla y práctica:
Colores primarios
Imagina que estos son los cimientos de todo. En el caso de la luz (como en pantallas), los primarios son rojo, verde y azul (RGB). No puedes obtenerlos mezclando otros colores; son los originales, como los ingredientes básicos de una receta. Ahora, si hablamos de pigmentos, como pinturas o tintas, los primarios cambian a cian, magenta y amarillo (CMY). Estos son los reyes del mundo físico.
Colores secundarios
Aquí es donde empieza la diversión. Cuando mezclas dos primarios en partes iguales, obtienes colores secundarios. Por ejemplo: en la mezcla aditiva (luz), el rojo y el verde dan amarillo; en la mezcla sustractiva (pigmentos), el cian y el magenta crean azul. Es como mezclar sabores y descubrir algo nuevo.
Círculo cromático
Este es el mapa que lo explica todo. Piensa en una rueda donde los colores primarios, secundarios y terciarios (los que obtienes mezclando un primario con un secundario) están organizados como una familia. ¿Por qué es útil? Porque te muestra qué colores combinan y cuáles van a chocar como agua y aceite.
Tono
El tono es, básicamente, de qué color estamos hablando: rojo, azul, verde, etc. Pero aquí hay truco. Si le añades blanco, tienes un tono más claro (como un pastel). Si le metes negro, el tono se oscurece (y se vuelve más dramático).
Saturación
Esto es como ajustar el «volumen» de un color. ¿Quieres algo vibrante, que salte a la vista? Eso es alta saturación. ¿Prefieres algo más suave y apagado, como un color grisáceo? Entonces hablamos de baja saturación.
Colores complementarios
Aquí es donde los opuestos se atraen. Los colores complementarios están en extremos opuestos del círculo cromático, como el rojo y el verde. Cuando los pones juntos, ¡boom! Generan un contraste fuerte y llamativo. Es como si se empujaran para destacar más.
Armonía de colores
Finalmente, la armonía es como elegir el grupo perfecto de amigos que se llevan bien. Puedes ir por colores análogos (los que están juntitos en el círculo, como azul, verde y cian), complementarios (opuestos que se realzan mutuamente), o monocromáticos (variaciones de un solo color). Hay muchas maneras de hacerlo, pero el objetivo siempre es que se vean equilibrados y agradables.
Estos conceptos son como las reglas básicas del juego del color. Una vez que los entiendes, puedes combinarlos como quieras, desde diseñar una página web hasta pintar una obra maestra o simplemente elegir la ropa perfecta para el día.
¿Qué es un color?
Los colores no son más que un producto de la mente. El cerebro ve diferentes colores cuando el ojo humano percibe diferentes frecuencias de luz. La luz es una radiación electromagnética, igual que una onda de radio, pero con una frecuencia mucho mas alta y una longitud de onda más corta.
El ojo humano sólo está capacitado para percibir un rango limitado de estas frecuencias, intervalo que se denomina «espectro visible de la luz», y que abarca desde los tonos rojos del orden de los 705 nanómetros (nm) hasta los tonos azul violáceos del orden de los 385 nm, pasando por todos los colores intermedios.
Las longitudes de onda que quedan fuera del espectro visible por ser superiores a la del color rojo se denominan «ondas infrarrojas» y se perciben como energía térmica (calórica). En el otro extremo, mas allá del espectro visible del violeta, se encuentra la luz ultravioleta, cuyo contenido energético es tal que puede broncear la piel.
Cuando el ojo humano recibe luz que contiene igual cantidad de cada una de las longitudes de onda de la parte visible del espectro, ésta es percibida como luz blanca. La luz diurna, por ejemplo, contiene todas las longitudes de onda y por eso se percibe como blanca.
Cada persona percibe los colores de forma distinta. Hay personas que tienen mayor dificultad para percibir determinados colores que otras. A menudo se habla de diferentes grados de daltonismo, problema que es más frecuente entre los hombres que entre las mujeres; estas personas no pueden distinguir entre sombras de tonos rojos y verdes, por ejemplo.
El color de las superficies
Cuando la luz blanca incide sobre una superficie, una parte del espectro visible es absorbida por ésta y la otra es reflejada y registrada por el ojo humano. El color que se percibe es el resultado de la mezcla de las longitudes de onda reflejadas.
Se puede decir que la luz es filtrada por la superficie sobre la que incide. Así, con luz diurna el césped se percibe de color verde, dado que su superficie refleja la porción verde del espectro visible y absorbe el resto.
Dependiendo de la fuente de luz que incide sobre la superficie, puede darse el caso que un mismo objeto se vea igual bajo la misma luz, pero que al cambiar la fuente de luz percibamos diferente el color del objeto, y veamos que tienen un color diferente cuando antes los veíamos igual.
A este efecto se llama Metamerismo, y tuvo una repercusión mundial hace poco con el ejemplo del famoso vestido que «cambiaba de color» y que diferentes personas percibían completamente de colores diferentes.
El ojo y el color
La retina del ojo está cubierta por pequeños receptores sensibles a la luz, es decir, por una serie de células visuales denominadas bastoncillos y conos. Los bastoncillos son sensibles a la luz, pero no al color. Utilizamos los bastoncillos para ver con escasa iluminación -en la oscuridad todo se percibe como blanco y negro.
Los conos son menos sensibles a la luz, pero pueden percibir los colores. Hay tres tipos de conos, cada uno de los cuales es especialmente sensible a una parte específica del espectro visible: a los colores rojos, a los verdes y a los azules, respectivamente.
Esta combinación permite percibir todos los colores del espectro visible -aproximadamente 10 millones de matices o sombras-, muchos más de los que se pueden reproducir en la impresión en cuatricromía.
El ojo percibe también progresiones tonales. Si se divide la escala de tonos entre el negro y el blanco en 65 franjas iguales, el ojo humano puede diferenciar un máximo de aproximadamente 65 niveles de gris.
Si el ojo tuviera la misma sensibilidad para cambiar las tonalidades en cada uno de los 65 niveles, podría pensarse que el ojo percibe la luz siguiendo una función lineal. Pero, en realidad, la sensibilidad del ojo se comporta de forma diferente en las distintas zonas de la escala de grises, siguiendo una función logarítmica.
A veces la escala de grises se percibe como una progresión continua del blanco al negro, sin escalones.
El ojo es más sensible a las variaciones de tono en las zonas iluminadas que en las zonas oscuras, es decir, que cuanto más luminosas sean las zonas de la escala de color más grados cromáticos distinguirá en ellas el ojo.
De este modo, el ojo no es capaz de registrar la transición entre ellos. A veces la escala de grises se percibe como una progresión continua del blanco al negro, sin escalones. Esto es importante para comprender el tramado de medios tonos, la técnica utilizada para la impresión de las escalas de grises.
Mezcla aditiva y mezcla sustractiva
Una fotografía en color generalmente está compuesta por miles de colores diferentes. Pero cuando se imprime una fotografía en color no pueden utilizarse miles de tintas, ni tampoco se puede presentar una imagen en un monitor utilizando miles de fuentes luminosas.
En lugar de ello, debe encontrarse una aproximación a los miles de colores de la foto mezclando los tres colores primarios.
- En impresión estos colores son: cyan, magenta y amarillo.
- En pantalla los tres colores primarios son: rojo, verde y azul.
En los monitores, las tres fuentes luminosas -roja, azul y verde- se combinan conjuntamente para producir todos los demás colores. La mezcla de diferentes fuentes luminosas coloreadas se denomina «mezcla aditiva de colores».
Este método se utiliza en todos los dispositivos que crean colores a partir de fuentes luminosas, como los monitores, el televisor, etc.
En impresión se utilizan tres tintas de diferente color -cyan, magenta y amarillo, además del negro-, para obtener todos los colores. Este proceso de mezcla de tintas se denomina «mezcla sustractiva de colores».
La tabla a continuación muestra las diferencias entre la mezcla aditiva y la mezcla sustractiva:
Mezcla aditiva | Mezcla sustractiva |
---|---|
Se utiliza luz emitida | Se utiliza pigmentos |
Se basa en agregar colores de luz | Se basa en restar colores de luz |
Los colores primarios son rojo, verde y azul (RGB) | Los colores primarios son cian, magenta y amarillo (CMY) |
La mezcla de los tres colores primarios en igual intensidad produce luz blanca | La mezcla de los tres colores primarios en igual intensidad produce negro |
Se utiliza en pantallas de dispositivos electrónicos como televisores y monitores | Se utiliza en impresiones de papel y pinturas |
Al mezclar colores, se obtienen colores más claros y brillantes | Al mezclar colores, se obtienen colores más oscuros y menos saturados |
Ejemplo: Al mezclar luz roja y verde, se obtiene luz amarilla | Ejemplo: Al mezclar pintura cian y magenta, se obtiene pintura azul |
Qué es la Mezcla Aditiva
La mezcla aditiva se explica como la combinación de determinadas cantidades de luz roja, verde y azul (RGB), con objeto de crear nuevos colores.
Si se mezclan las tres fuentes de luz en su máxima intensidad, el ojo humano percibirá el color blanco como resultado. La mezcla de los mismos tres colores primarios con menor intensidad se percibirá como un gris neutro. Si se apagan las tres fuentes se logra el negro.
Si sólo una de las tres fuentes de luz está apagada y las otras dos emiten con su intensidad máxima, se obtendrán los siguientes resultados: rojo + verde = amarillo; azul + verde = cyan; rojo + azul = magenta.
Las distintas combinaciones de dos o tres colores primarios de fuentes luminosas, en sus diferentes intensidades, permiten reproducir en el monitor la mayoría de los colores.
La mezcla aditiva de los colores se utiliza en los monitores de los ordenadores, los televisores y en los proyectores de vídeo. La pantalla de un monitor está compuesta por un cierto número de píxels, y cada pixel contiene tres pequeñas fuentes luminosas: una roja, una verde y otra azul. La mezcla de los colores de estas tres fuentes luminosas le dan al pixel su color específico.
Qué es la Mezcla Sustractiva
En impresión se crean los colores mezclando tintas de los tres colores primarios, cyan, magenta y amarillo (CMY).
Este método es conocido como «mezcla sustractiva del color», debido a que las tintas filtran la luz blanca que incide sobre la superficie, sustrayendo o absorbiendo todos los colores del espectro excepto el tono mezclado que se desea reflejar.
Es decir, que una parte del espectro de colores de la luz que incide sobre la superficie es sustraída o absorbida.
Una superficie no impresa refleja su propio color -blanco, si el soporte de impresión es un papel blanco, por ejemplo-. En teoría, mezclando cantidades iguales de cyan, magenta y amarillo se debería obtener el color negro -las tintas absorberían todas las ondas visibles del espectro-.
Pero, lamentablemente, las tintas de impresión no son capaces de absorber completamente la luz visible.
La impresión de estas tres tintas superponiendo cantidades iguales de cada una de ellas no da como resultado el color negro, sino más bien un gris marrón oscuro. Por tal motivo, se ha agregado una cuarta tinta -negra (K)- para ser también utilizada en impresión.
Los tres colores (cian, magenta y amarillo) son los llamados colores primarios.
Mezclados de dos en dos se obtienen los colores secundarios: rojo, verde y azul-violeta.
Si se mezclan los colores secundarios se obtienen los colores terciarios, que contienen todos los colores primarios.
En impresión, la mayoría de los colores visibles se pueden reproducir mezclando los colores primarios en diferentes proporciones. Actualmente, se hacen mezclando puntos de diferentes tamaños de medios tonos de los colores primarios. El tamaño del punto del medio tono varía según el sombreado que se desea obtener.
* Read in english: The Color Theory
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EXCELENTE EXPLICACION
Me gustaría saber el autor de la nota y los autores de las fuentes. Ya que esta muy completo y actualizado y lo usare para una tarea.
Hola, David, soy Juan Miguel Serres, el autor del artículo.
Este artículo no tiene fuentes, sale todo de nuestra experiencia y habilidad de trabajarlo cada día.
Los gráficos y material de apoyo que hemos usado para ilustrar un poco nuestra experiencia han salido de internet, y no recuerdo las fuentes.
Espero que te sirva igualmente. Gracias por tus comentarios.
En el libro Manual de Producción Gráfica. Recetas de Johansson, Lundberg y Ryberg. Se pueden leer textos similares a los publicados en este sitio sobre la teoría del color (Ver cap 4)