Somos impresores de libros, pero en el artículo de hoy, te proponemos hacer un salto en el tiempo e interesarnos en la historia de la edición de libros.
Para comenzar este artículo, volvamos a la definición de «libro». Según el diccionario Larousse, es lo siguiente:
libro n.m. Conjunto de hojas impresas y reunidas en un volumen, encuadernado o cosido: Libro raro, antiguo.
Bien, pero ¿Hubo un tiempo en el que la imprenta no existía? ¿Significa esto que no había libros antes de Gutenberg y su invención de la imprenta?
Pues no. Un libro está condicionado por la existencia de la escritura. Por eso, para hablar de la edición de libros, debemos remontarnos mucho más allá del siglo XV.
Qué es la edición de libros
Es posible que hayas leído algunos libros en el pasado, o incluso fragmentos de ciertos libros. Pero ¿realmente conocías a la persona detrás del libro? Mucha gente lee libros sin entender el papel que juegan los autores en llevar esas obras literarias a la vida. Esto nos lleva a la edición de libros.
La edición de libros es crear y distribuir libros impresos o digitales a lectores interesados. Publicar un libro es un proceso complejo que implica muchas etapas, desde obtener el manuscrito hasta marketing del producto final.
Las ediciones primeras de libros se valoran porque son lo más cercano que un lector puede llegar a la fuente. Esto es la forma en que el libro se presentó a los lectores por primera vez, con el arte de la cubierta original, y a veces incluso con los errores de imprenta originales.
La edición de libros en la historia
¿Para qué puede servir un libro? A muchas cosas, diréis. Pero no olvidemos la esencia principal del libro: transmitir el conocimiento humano.
Es por eso que, desde la aparición de la escritura, hubo que encontrar un medio de conservar el saber.
Los diferentes soportes del libro
Si la piedra se considera como el soporte más antiguo de la escritura, los primeros «libros» se fabricaban en madera.
Hacia el III milenio a.C., en Mesopotamia se utilizaron tabletas de arcilla, que se grababan con la ayuda de un cálamo (un trozo de caña) y luego se cocían para ser conservadas.
El tejido no está exento de los primeros soportes de libros. De hecho, en China, la seda era el soporte preferido de la escritura.
Para superar la falta de practicidad de las tablas, los hombres comenzaron a utilizar el papiro.
El pergamino hizo su aparición hacia el 250 a.C. y toma su nombre de Pérgamo, donde se comenzaba a tratar las pieles de cordero, ternero, cabra y asno para hacerlas un soporte de escritura.
Durante la Antigüedad, no había derechos de autor, ni para el autor ni para el editor. Era posible copiar un libro y modificar su contenido sin problemas. Se escribía por la gloria.
La conservación y difusión de los libros se hacía en ese momento a través de las grandes bibliotecas:
- En Grecia: Alejandría, Pergamo, Atenas, Rodas, Antioquía, etc.
- En Roma: los trabajos se conservaban en más de 20 bibliotecas.
La edición de libros en la Edad Media
En la antigüedad, el rollo de papiro llevaba el nombre de volumen. Era necesario desenrollarlo para cambiar de columna y sostenerlo con las dos manos.
A finales de la antigüedad, hacia el siglo II, el códice hizo su aparición. Compuesto de hojas plegadas, encuadernadas y unidas, dio forma a los «libros» que aún se utilizan hoy en día. Una forma de libro más práctica que un rollo continuo.
Con el tiempo, el papel reemplazó al pergamino, que era más económico.
En la Edad Media, los libros se conservaban en los monasterios. Los religiosos, apasionados de la lectura, contribuyeron a la perpetuidad de los trabajos.
Desafortunadamente, algunos textos considerados demasiado peligrosos no eran reproducidos por los copistas del scriptorium (lugar de trabajo de los monjes) donde se copiaban, encuadernaban, decoraban y conservaban los manuscritos.
La cultura europea crece y la producción de libros también. El desarrollo de las universidades, del comercio y de la burguesía crea una nueva demanda, y sobre todo una demanda más fuerte: cada vez más libros se producen.
La edición de libros en la época moderna
Siglo XV, es una revolución en la edición de libros. Gutenberg desarrolla nuevas técnicas de impresión y tipografía. Ahora es posible reproducir un libro en varios ejemplares. El objeto se democratiza, más o menos, porque desafortunadamente en ese momento el analfabetismo es aún muy presente.
El formato del libro no ha cambiado desde el códice de finales de la antigüedad, pero ahora son cuadernos de papel cosidos.
Los libros impresos caían en el dominio público, salvo casos excepcionales, siempre sin reconocimiento del autor en ese momento. Solo a finales del siglo XVIII el autor recibirá un porcentaje de sus ventas.
Hacia finales del siglo XVI, en Inglaterra, el chapbook, una especie de folleto, permite difundir más ampliamente los cuentos folklóricos, los grandes clásicos.
Y es a principios del siglo XVII cuando el folleto se populariza. Contiene relatos, cuentos, información práctica, destinada a la población.
A mediados del siglo XVII, es el turno de las Enciclopédias de ser de moda. Este «libro triunfante» (Roger Chartier) será de honor hasta el siglo XIX.
A diferencia de los folletos, la Enciclopedia es poco accesible y se difunde principalmente entre la pequeña y media burguesía.
La Revolución francesa marca el declive del libro hermoso. Ahora la prioridad es la impresión de periódicos, folletos y panfletos.
Época Contemporánea
Desde el principio de las décadas de 1800, Friedrich Koenig aprovecha los progresos de las diferentes energías, incluyendo la vapor. Es en 1812 cuando imagina el cilindro presionador.
Hacia las décadas de 1820, las prensas de impresión a vapor (prensa tipográfica), han hecho caer el precio de los libros y han aumentado considerablemente su producción.
En 1846, Richard Hoe aprovecha los progresos realizados en estereotipia (principio que permite obtener por moldeado la réplica cilíndrica de una forma de impresión plana) para poner en marcha un cilindro imprimiendo contra el cilindro de presión. Se crea la primera rotativa de tipos a hoja!
Hay tanto que decir sobre la edición de libros en el siglo XX, por lo que un artículo completo se dedicará a ello próximamente.
Cien años después, con la generalización de multimedia de las décadas de 1990, la impresión offset da paso a la impresión digital, que tiene costes mucho más bajos, lo que permite facilitar la edición de libros y especialmente la de los libros de bolsillo.
La técnica de la edición de libros evoluciona sin cesar, así como los soportes de lectura: libro electrónico, audio, etc. ¿Qué nos reservan las próximas décadas y siglos? El futuro lo dirá.
